AREÁ: RELIGIÓN
PROF: ALFREDPO POVIS ANSELMO
GRADO: QUINTO DE SEC.
“Querido hijo:
Me pides un justificativo que te exima de cursar la
religión, un poco por tener la gloria de proceder de distinta manera que la
mayor parte de tus condiscípulos, y temo que también un poco para parecer digno
hijo de un hombre que no tiene convicciones religiosas. Este justificativo,
querido hijo, no te lo envío ni te lo enviaré jamás.
No es porque desee que seas clerical, a pesar de que no hay en esto
ningún peligro, ni lo hay tampoco en que profeses las creencias que te expondrá
el profesor.
Cuando tengas la edad suficiente para juzgar, serás completamente
libre; pero, tengo empeño decidido en que tu instrucción y tu educación sean
completas, y no lo serían sin un estudio serio de la religión.
Dejemos a un lado la política y las
discusiones, y veamos lo que se refiere a los conocimientos indispensables que
debe tener un hombre de cierta posición.
Estudias mitología para comprender la
historia y la civilización de los griegos y de los romanos, y ¿qué
comprenderías de la historia de Europa y del mundo entero después de
Jesucristo, sin conocer la religión, que cambió la faz del mundo y produjo una
nueva civilización?
En el arte, ¿qué serán para ti las obras
maestras de la Edad Media
y de los tiempos modernos, si no conoces el motivo que las ha inspirado y las
ideas religiosas que ellas contienen?
En las letras, ¿puedes dejar de conocer no
sólo a Bossuet, Fenelón, Lacordaire, De Maistre, Veuillot y tantos otros que se
ocuparon exclusivamente en cuestiones religiosas, sino también a Corneille,
Racine, Hugo, en una palabra a todos estos grandes maestros que debieron al
cristianismo sus más bellas inspiraciones?
Si se trata de derecho, de filosofía o de moral, ¿puedes ignorar la
expresión más clara del Derecho Natural, la filosofía más extendida, la moral
más sabia y más universal? —éste es el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau.
Hasta en las ciencias naturales y matemáticas encontrarás la religión:
Pascal y Newton eran cristianos fervientes; Ampere era piadoso; Pasteur probaba
la existencia de Dios y decía haber recobrado por la ciencia la fe de un
bretón; Flammarion se entrega a fantasías teológicas. ¿Querrás tú condenarte a
saltar páginas en todas tus lecturas y en todos tus estudios?
Hay que confesarlo: la religión está íntimamente unida a todas las
manifestaciones de la inteligencia humana; está en la base de la
civilización, y es ponerse fuera del mundo intelectual y condenarse a una
manifiesta inferioridad el no querer conocer una ciencia que han estudiado y
que poseen en nuestros días tantas inteligencias preclaras.
Ya que hablo de educación: para ser un joven bien educado, ¿es preciso
conocer y practicar las leyes de la
Iglesia ?
Sólo
te diré lo siguiente: nada hay que reprochar a los que las practican fielmente,
y con mucha frecuencia hay que llorar por los que no las toman en cuenta.
No fijándome sino en la cortesía, hay que convenir en la necesidad de
conocer las convicciones y los sentimientos de las personas religiosas.
Si no estamos obligados a imitarlas, debemos, por lo menos,
comprenderlas, para poder guardarles el respeto, las consideraciones y la
tolerancia que les son debidas. Nadie será jamás delicado, fino, ni siquiera
presentable sin nociones religiosas.
Además, no es preciso ser un genio para comprender que sólo son
verdaderamente libres de no ser cristianos los que tienen facultad para serlo,
pues, en caso contrario, la ignorancia les obliga a la irreligión. La cosa es
muy clara: la libertad, exige la facultad de poder obrar en sentido contrario.
Te sorprenderá esta carta, pero precisa, hijo mío, que un padre diga
siempre la verdad a su hijo. Ningún compromiso podría excusarme de esa
obligación”.
¿Cuál
es el motivo de la carta?
- ¿Qué
razones da el padre a su hijo para no dejar la religión como parte de su vida?
- Si
tú fueras padre/madre de familia, ¿Qué le dirías a tu hijo/a respecto al área
de religión?
Comentarios
Publicar un comentario