AREÁ: RELIGIÓN
PROF: ALFREDPO POVIS ANSELMO
GRADO: CUARTO DE SEC.
QUE LA CRUZ NO TE PESE
                ¿Es un día gris para ti? La felicidad completa es imposible, sólo la lograremos cuando nos realicemos plenamente en el cielo. Entre tanto, tendremos que ir alimentándonos con pequeñas alegrías.
                Si quieres crecer necesitas esperar. ¿Te imaginas crecer de un estirón? Supongamos que pegas un estirón y de golpe sientes que tienes treinta años. Habrías perdido los gozos y las alegrías  de tu niñez, de tu adolescencia y de tu juventud.
                Hay que saber aceptar la felicidad come es: luces y sombras, días buenos y días que no lo son tanto. El problema surge cuando no nos gustan nuestras sombras. Hay gente que cree que sus cruces son las del peor madero.
                Cuentan que uno de esos caminaba por la vida mientras cargaba su cruz. De pronto, vio a un hombre que caminaba erguido, cantando y escuchando música con su radio. Se le acercó y le preguntó:
-          ¿A ti no te pesa la cruz?
-          Ni tanto –respondió-, me deja tiempo para escuchar música.
-        Ya decía yo. Siempre me toca lo peor, Y luego dicen que Dios ama a todos por igual.
Siguieron caminando hasta que no pudo más de la rabia. Entonces le dijo al compañero:
-        Hermano, tú que vas tan descansado, ¿me quieres cambiar tu cruz, un ratito al menos?
-        Cómo no. Dame la tuya y ahí tienes la mía.
Al rato, el pobre hombre pegó un grito y dijo:
-        Oye, imbécil, me has engañado. Esta cruz no lo aguanta ni el diablo.
-        De eso estoy seguro. El diablo no aguanta cruz alguna, pero yo sí.
-        Devuélveme mi cruz –y le devolvió su cruz. En eso, descubrió que era Jesús que cargaba la suya en medio de todos.
Siempre imaginamos que nuestra cruz es la peor. Luego nos damos cuenta de que las cruces que llevan los demás pesan lo mismo o más. ¿Dónde está la diferencia? En quienes las llevan. Mientras unos ponen alegría, otros le ponen rabia, malhumor y fastidio.
Un consejo, no pidas que te cambien de cruz. No sea que la que te den te hunda con su peso. En vez de exigir ese cambio, pídele al Señor que te cambie el corazón.
                Durante toda nuestra vida siempre habrá momentos de difíciles y más llevaderos, de tristeza y alegría. No todo es tristeza, tampoco todo es alegría, hay tiempo de reír, tiempo de llorar, tiempo de esperar, tiempo de olvidar, tiempo de perdonar,... etc. todo tiene su momento; que nada nos turbe, que nada nos espante pues con Amor y paciencia todo se alcanza.
La vida cristiana de la misma manera está hecha de momentos tristes y alegres, momentos de gozo y dolor en torno a la vida de quién lo dio todo por nosotros: Jesús.

v  ¿Qué nos enseña este pequeño relato?
v  ¿Cuál es la diferencia esencial entre los protagonistas del relato?
v  ¿Y tú en que personaje te ubicas?


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